Rosa Vanessa Otero, artefactosonoro, 2008
(1)
Suavidad y blandura
por mi mano acariciadas,
la terneza sostenida
tanto en calma como en goce.
Salvados del tumulto
y la rudeza cotidiana,
lejos de la asechanza
ciudadana de la muerte;
protegidos de su roce
funcional y organizado
a puro ignorar el todo
y reparar en el detalle:
tu humanidad brevísima
ensanchándose de luz,
atemporal ahora
cuando hoy es siempre.
Kairós
Pasó por mí corriendo como un rayo
su látigo de hermosura.
Fue grano de mostaza que en mi cuerpo
al crecer arbolearía.
Como el amor pasó, corriendo
en kairós de sangre profunda
que tras su partida dejaba
en mi cansancio el deseo
más redondo en el que he sido.
La vida besa que duele
besa y acusa una herida
que castiga con sus mieles
vida que besa y olvida.
Porque sólo un germen guarda
del amor las decisiones
cual amor pasó corriendo
en fugacidad perdida.
Por mí pasó corriendo como un rayo.